Enfoque
La crisis de los cuidados que a nivel global implica una reorganización de la forma de cobertura de la necesidad de cuidados de la población en general, y una reestructuración del sistema socioeconómico, operó como motor para la proliferación de nuevas estrategias para garantizar el derecho al cuidado de la población infantil. Como respuesta ante la cristalización de la pobreza estructural luego del estallido del sistema financiero, económico y social de 2001 en Argentina, se fue profundizando durante las últimas dos décadas un proceso de “reafiliación comunitaria” en los sectores populares, como modo de reconstruir los soportes necesarios para la integración familiar y social necesarios para el sostenimiento de la reproducción cotidiana en los barrios marginados. Los Espacios de Primera Infancia han surgido como espacios autogestivos en respuesta a la necesidad de cuidado y atención de niños y niñas en contextos de pobreza y vulnerabilidad, impulsados principalmente por organizaciones sociales y comunitarias. Estos espacios no se encuentran reconocidos dentro del sistema formal educativo, ya que hasta los cuatro años la educación no es obligatoria en Argentina. Por lo tanto, para toda la población infantil entre cuarenta y cinco días y cuatro años, la mayor parte de la oferta de espacios de cuidado disponible es privada o autogestiva. El Estado lanza el Plan Nacional de Primera Infancia y reconoce a nivel nacional estos espacios autogestivos para cubrir esta falencia, una política orientada a jardines comunitarios no reconocidos por el sistema formal: un cambio de paradigma impulsado por las organizaciones sociales y de la sociedad civil que genera un cambio en la concepción desde la política pública, dejando de considerarse “guarderías” para pasar a considerarse espacios de desarrollo integral de la niñez. Sin embargo, estos espacios comunitarios enfrentan numerosas dificultades más allá del financiamiento que reciben de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia – algunas generadas por la propia ineficiencia del Estado, otras relacionadas a los contextos socioeconómicos en los que se encuentran. Se revisará brevemente el reconocimiento del papel de la comunidad en el cuidado y educación en la primera infancia, la trayectoria normativa y discursiva de la oficialización de estos espacios, y algunas de las dificultades actuales que atraviesan. Para este análisis se utilizó una estrategia metodológica mixta, que combinó el análisis de la normativa educativa vigente y trabajo cualitativo realizado en espacios de primera infancia construidos y gestionados por las organizaciones sociales del conurbano bonaerense, mediante entrevistas a trabajadoras y observación participante. El objetivo del trabajo es aportar al análisis del proceso de oficialización de estos espacios gestionados desde organizaciones de la economía popular para reflexionar acerca de cómo puede mejorarse la política pública actual destinada a garantizar el derecho al cuidado y la educación de la infancia en contextos de vulnerabilidad social y económica.
Raquel Edith Partida Rocha
Comentó el 08/10/2023 a las 21:49:43
Buenas noches, Brenda:
Muchas gracias por tú exposición de las personas que entrevistas, todos son de origen argentino, hubo personas que sean de otras nacionalidades, si las tensiones entre el trabajo de cuidados en el hogar y con las familias y el trabajo de cuidado, varían de la lase social y el género el tiempo, el hecho de tener que combinar este trabajo con otros para poder sostener a sus familias. Ahora, entre el amor (no es una visión romántica y subjetiva) más bien sirve indagar cuales son los factores que les hacen quedarse por estos espacios y la carga que conllevan. Saludos
Brenda Gamba
Comentó el 09/10/2023 a las 17:13:40
Hola Raquel, muchas gracias por el interés! Si, todas son trabajadoras de EPIs en Argentina, en el conurbano de la provincia de Buenos Aires. Todas pertenecen a sectores populares, por lo tanto en términos de clase social, estamos hablando de la clase trabajadora marginada y en condiciones de alta vulnerabilidad. Entre los motivos para quedarse en estos espacios trabajando hay bastante amplitud, pero los más repetidos son: la posibilidad de poder combinarlo con el cuidado de hijos e hijas, el tiempo de viaje en transporte público que se ahorran (ya que el espacio está dentro del barrio), el espacio de contención que encuentran ahí con sus compañeras, y el realizar un trabajo que les gusta y hacen "con amor" porque se han encariñado con los niños y niñas que asisten y con las familias.
Irina Fernández Lozano
Comentó el 06/10/2023 a las 13:00:46
Hola Brenda. Me gustó mucho tu ponencia. Te quería plantear varias dudas, por si puedes realizar algún comentario breve al respecto:
1) ¿Qué porcentaje aproximado de niñas/os asisten a estas EPI en Argentina? ¿Hay estimaciones? (no me pareció que lo dijeras, pero igual me despisté).
2) ¿Son percibidos como instituciones de cuidado o de educación por la sociedad, o no hay una definición clara? ¿Se reivindican las empleadas de estas EPI como educadoras (frente a cuidadoras), o no necesariamente?
3) Me llamó la atención la cuestión de la discriminación implícita de niñas/os que han asistido a EPIs a la hora de entrar en la educación obligatoria, teniendo en cuenta que se trata de una fase que no es obligatoria. ¿Cómo se materializa esta discriminación?
¡Gracias! Un saludo cordial,
Irina
Brenda Gamba
Comentó el 06/10/2023 a las 15:15:44
Hola Irina, gracias por el interés! El porcentaje de niños y niñas que asisten no está calculado oficialmente porque los EPIs que tienen convenio con SENNAF todavía son una minoría (es decir, la mayoría de los EPIs autogestionados por organizaciones sociales no recibe financiamiento del estado). Hay una iniciativa de algunas organizaciones sociales en ese sentido que se está terminando de desarrollar y que apunta a eso, a tener un ámbito de participación común de todos los EPIs para empezar a tener más información compartida. Las trabajadoras en general se auto perciben educadoras populares porque es lo que las organizaciones apuntan a inculcar e impulsar, pero también tienen mucha conciencia de que lo que hacen es trabajo de cuidados. Y la cuestión de la discriminación se mezcla con otras variables (zona geográfica del barrio de origen, por ejemplo) pero les resulta más difícil a las madres de estos niños y niñas acceder a vacantes en jardines públicos que a niños y niñas que vienen de jardines maternales oficiales, ya que los EPIs no disponen de CUE para certificar la asistencia. Gracias y quedo a disposición!
Alexander Chaverri Carvajal
Comentó el 05/10/2023 a las 09:37:16
Hola Brenda. Muchas felicidades por su excelente investigación. Yo soy de Costa Rica. Acá tenemos la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil. Hoy se atienden 69 mil personas en primera infancia en más 900 centros. Esto supone cerca de 1 % de inversión del PIB. Sin embargo, hay dificultades para saber si todos funcionan con algún mínimo de calidad homogénea. ¿En Argentina cómo miden la calidad de los servicios de cuidados destinado a población infantil?
De antemano, muchas gracias por su respuesta.
Brenda Gamba
Comentó el 05/10/2023 a las 17:36:19
Hola Alexander, muchas gracias por el interés. La respuesta es muy compleja, porque es una realidad muy heterogénea. En el caso de , por ejemplo, los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) o Centros para la Primera Infancia (CPI), que son desarrollados y gestionados casi 100% por organismos estatales, hay mecanismos de evaluación internos, de esos organismos, pero todavía muy deficitarios. Recién en esta gestión hay un antecedente considerable, del Ministerio de Obras Públicas, que tiene publicados en su pagina oficial los datos de evaluación de los CPI que se desarrollaron a partir de la línea "infraestructura para el cuidado". En el caso de los Espacios de Primera Infancia, construidos y gestionados por organizaciones sociales, esto se dificulta mucho. Primero porque como comentaba en la ponencia, la presencia del Estado es unicamente via subsidio inicial para la mejora de condiciones edilicias y "apertura" del espacio (espacio que en realidad ya viene funcionando en condiciones muy malas hace mucho tiempo en general) y luego para el mantenimiento mensual. Se exigen rendiciones tecnicas y contables para la verificación del uso de esos fondos, cada 6 meses, pero luego en términos pedagógicos, de contenido, o incluso en términos nutricionales (porque son espacios donde en general se resuelve también parte de la alimentación diaria de niños y niñas) no hay criterios oficiales de evaluación, ya que no forman parte del sistema formal oficial. Por lo tanto, las evaluaciones en estos espacios autogestivos o son inexistentes, o son realizadas como mecanismos internos de evaluación del propio espacio. Por estas cuestiones el tema suscita tanto debate, sobre todo entre quienes se preocupan por la idoneidad de los espacios y por la reproducción de desigualdades sociales en los mismos. Es un largo camino por recorrer. Gracias por el interes y quedo a disposición!
Alexander Chaverri Carvajal
Comentó el 05/10/2023 a las 21:34:25
Hola Brenda, muchas gracias por su amable respuesta.
Un cordial saludo.
Ana Lucia lagunes Gasca
Comentó el 05/10/2023 a las 02:28:15
Brenda! encontré tu presentación, me gustó mucho! Gracias por ese análisis complejo que visibiliza las trampas del estado para hacer imposible la vida de ciertas personas, qué tremendo! Fuerte esa disputa colonial entre educación y cuidados y los impactos en las personas desde su tierna infancia. Me da curiosidad conocer más a estas personas que se asumen como educadoras populares y cuidadoras, ¿cómo se sienten en este trabajo, qué impactos tiene en su vida cuidar en estas condiciones, qué proponen o cómo lo están afrontando?
Por acá seguimos, abrazos.
Brenda Gamba
Comentó el 05/10/2023 a las 02:53:48
Muchas gracias Ana por el interés! Yo he hecho trabajo de campo con entrevistas en profundidad más que nada con trabajadoras del ámbito socio comunitario de comedores y merenderos, en el caso de este trabajo, las entrevistas fueron más que nada para conocer el día a día y el funcionamiento de los EPIs, sin ahondar tanto en la subjetividad y las percepciones de las trabajadoras. Hay una autora Argentina, Carla Zibecchi, que ha hecho bastantes trabajos sobre las cuidadoras de EPIs específicamente. En el caso de las que conozco y entrevisté yo, se repiten algunas cuestiones: las tensiones entre el trabajo de cuidados en el hogar y con las familias y el trabajo de cuidado en los EPIs, el tiempo que le dedican, la incertidumbre a futuro con respecto a la inestabilidad laboral, el hecho de tener que combinar este trabajo con otros para poder sostener a sus familias, la mezcla entre el amor que sienten por estos espacios y la carga que conllevan (no solo emocional y física, sino también económica, ya que muchos de los materiales e insumos para sostener los EPIs, salen del bolsillo de las trabajadoras). Así que es un tema con mucha tela para cortar a futuro, ojalá que se investigue cada vez más. Saludos y quedo a disposición!
Magdalena Correa Blázquez
Comentó el 04/10/2023 a las 15:16:40
Buenas tardes y muchas gracias por tu presentación, Brenda.
Es muy valioso profundizar en el impacto que la institucionalización implica para espacios autogestionados. La pregunta que me surge al respecto es si estos espacios autogestionados demandan un reconocimiento institucional (estatal o de otro tipo), o si bien es una iniciativa estatal que deviene del propio Estado en sí mismo para paliar esta problemática que mencionas. Entiendo, por tu presentación, que uno de los principales problemas generados por este proceso es que pese a su formalización siguen sin estar reconocidos dentro de la educación reglada, con lo que me interesa ese "desencuentro" entre las demandas de los colectivos y las respuestas estatales, si lo hubiera.
Muchas gracias de antemano. Un cordial saludo,
Magdalena.
Brenda Gamba
Comentó el 04/10/2023 a las 21:16:04
Hola Madgalena, gracias por el comentario. Efectivamente, los espacios apuntan a ser reconocidos dentro del sistema de la educación formal, pero hay dos obstáculos principales: primero, que la educación entre 0 y 4 años en Argentina no es obligatoria, por lo tanto es un problema para el reconocimiento oficial. Segundo, que hay muchos debates en torno a la "idoneidad" de estos espacios y de las educadoras populares que los sostienen (por ejemplo, la acreditación oficial de la docencia, los contenidos pedagógicos, incluso debates más profundos con respecto a la diferenciación entre cuidados y educación, o sobre el papel de estos espacios autogestivos en la reproducción de desigualdades, etc). Por lo tanto, yo veo muy lejano ese horizonte de reconocimiento dentro del sistema formal (esto es 100% opinión personal) aunque creo que se puede por lo menos contribuir a mejorar las condiciones en que funcionan, ya que con la situación social y económica del país, estos espacios lejos de desaparecer o quedar obsoletos, se multiplican cada vez más. Gracias por la consulta y quedo a disposición para el intercambio, saludos!
Magdalena Correa Blázquez
Comentó el 05/10/2023 a las 12:01:34
¡Muchas gracias por tu respuesta!
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